Un recuerdo de Alfredo Ardila

Es con profundo desconcierto y dolor que nos enteramos, lamentablemente con meses de retraso, de la muerte de nuestro colega y amigo Alfredo Ardila, de la Universidad de Miami.

Ardila fue un reconocido neuropsicólogo, escritor, profesor y académico correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Además de cofundador y editor de la revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, y miembro del Consejo Editorial de aproximadamente una docena de otras revistas, entre las cuales Glosas (de la ANLE), revista en la que colaboró con importantes trabajos. Fue, además, presidente de diversas entidades profesionales como la Asociación Colombiana de Neuropsicología, la Asociación Latinoamericana de Neuropsicología y la Sociedad Hispánica de Neuropsicología.

Entre los reconocimientos y premios que recibió, cabe mencionar: Premio Nacional de Psicología (1980 y 2018), miembro del equipo receptor del Premio “Alejandro Ángel Escobar” (Colombia, 1997), Premio CNC en Neurociencias Latinoamericanas, Orden Simón Bolívar ( Universidad Simón Bolívar, Barranquilla, Colombia), Premio Vygotsky de Honor 2016, y el reciente Premio HNS Lifetime Achievement in Cultural Neuropsychology 2019.

El Dr. Ardila introdujo la neuropsicología en América Latina y fue fundamental para establecer el reconocimiento de las contribuciones latinoamericanas en este campo. Entre sus trabajos más influyentes en la ciencia de la cognición se encuentran los modelos originales de la organización cerebral de las funciones ejecutivas, una clasificación novedosa de las afasias y el desarrollo de la neuropsicología transcultural.

Lo recuerdo, y lo recordamos, como un colega atento, siempre dispuesto a ayudarnos, muy amable y humilde.

Quisiera terminar este breve recuerdo con sus propias palabras, fechadas el 17 de agosto de 2018: “Realmente me siento muy honrado de pertenecer a un grupo tan selecto, entusiasta, y distinguido de académicos de la lengua”.

Y honrados hemos estado nosotros sus colegas de la ANLE por haber tenido la suerte de colaborar con él, de conocerlo y apreciarlo.

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